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El declive de EE.UU. no es solo de la primera potencia sino del espacio esencial de la interpenetración productiva, comercial y financiera a escala planetaria

La recesión se ha instalado en el centro del Imperio, el debate ahora gira en torno de su profundidad, duración y alcance mundial.

Aunque le falta más de un año para abandonar la Casa Blanca, la situación actual de Bush es la de un presidente en estado terminal.

Acaba de ser conocida la cifra definitiva del crecimiento de la economía de los Estados Unidos durante el primer trimestre de 2007. El dato inicial evaluado en un 1,3 % anualizado ha sido reducido al 0,6 %. Se trata de la tasa más baja de los últimos cuatro años que confirma la tendencia a la desaceleración ya iniciada en el último trimestre de 2006.

Las grandes potencias en la trampa global :: Desde comienzos de 2002 el dólar inició un descenso que actualmente continúa y que según la mayor parte de los expertos se agravará en los próximos meses. La declinación despegó poco tiempo después de los atentados (o auto-atentados) del 11 de Septiembre de 2001, es decir del lanzamiento de la ofensiva bélica global de los Estados Unidos.

La guerrilla moderna tuvo antes de Irak-Libano victorias memorables como la de la resistencia yugoslava contra el todopoderoso ejercito alemán durante la segunda guerra mundial y sobre todo la guerra de Vietnam, pero son los acontecimientos de comienzos del siglo XXI los que marcan el punto de inflexión coincidente con la decadencia del Imperio estadounidense

Hacia noviembre del 2005 el precio del oro estaba a punto de perforar el techo de los 500 dólares por onza, el acontecimiento hizo sonar numerosas alarmas. Keith Rabin y Scott MacDonald, dos especialistas prestigiados en el mundo de la especulación financiera, señalaron en ese momento que “con el oro acercándose a los 500 dólares aparece la tendencia a suponer que el tan esperado “final de juego” se encuentra ahora delante de nosotros”.

¿Qué va a hacer Evo Morales en favor del pueblo?, muy poco. Los trabajadores, la gente pobre, los que hemos sufrido la represión queremos la nacionalización real (no ficticia) de los hidrocarburos y de los demás recursos naturales, esa es nuestra voluntad, por eso nos hemos movilizado

Cartón lleno, la ola progresista está a punto de cubrir lo esencial de la geografía latinoamericana. Sin embargo desde el punto de vista de los intereses económicos dominantes en la región muy poco ha cambiado, tampoco se han producido mejoras en el plano social, el proceso de concentración de ingresos y empobrecimiento masivo continua su marcha

La euforia neoliberal de los años 1990 y los delirios militaristas que le siguieron son hoy desdibujados recuerdos, sus impactos mediáticos se han agotado.